Sobre
los contenidos de música que hemos tratado a lo largo de la clase
del día 8 de marzo de 2013, puedo decir que lo primero con lo que se
nos puso en contacto fue con los diferentes compases que pueden
existir en música, preguntándonos el profesor a los alumnos, de qué
nos acordábamos del año pasado de todo eso que nos estaba poniendo
en la pizarra. Así pues se nos explicó el compás de tres tiempos,
de dos tiempos y de cuatro tiempos.
Entre
todos formamos un gran círculo, dejando un pequeño espacio entre
nosotros para ir haciendo los diferentes pasos que representarían
los compases de los distintos tiempos. Se nos dijo a los alumnos, que
claramente no podíamos estar quietos, estábamos representando la
música y por tanto no podíamos dar simplemente dos pasos estando
rígidos, sino que estuviésemos relajados y nos moviésemos bien,
con seguridad. La representación de los compases a través de
nuestro cuerpo fue la siguiente:
- El compás de dos tiempos, lo hacíamos dando dos pasos adelante y dos hacia tras (volviendo a la posición inicial), y el tiempo lo marcábamos en el sitio, con los talones.
- El compás de tres tiempos, lo hicimos como el anterior marcando el tiempo en nuestro sitio con los talones, y cuando el profesor contaba hasta tres, dábamos tres pasos adelante, dando una palmada al frente, levantando los brazos y chasqueando los dedos, y bajándolos finalmente para darnos en las piernas haciendo también ruido. Eran las tres partes del compás.
También
trabajamos el silencio entre estos compases, pues aunque al
principio, no se introdujeron, se nos explicó que los compases
también formaban parte de la partitura y eran también figuras que
podían incluirse en ellos, para alcanzar los tiempos que el mismo
compás marcaba. Así pues, por ejemplo, en el compás de dos
tiempos, dimos los dos pasos hacia adelante, los dos hacia atrás, y
marcábamos dos silencios en el sitio, volviendo después a salir.
Una
vez acabados estos dos ejercicios, por separado, el profesor, decidió
que los íbamos a hacer los dos juntos. Así pues, empezamos con el
compás de dos tiempos, dando palmada y chasqueando los dedos, y
seguidamente realizábamos el compás de tres tiempos tal y como lo
he explicado anteriormente.
Cuando
ya parecía que los alumnos habíamos comprendido estos dos compases
de este modo, aunque reconocido algún que otro fallo en la clase, se
nos dijo a los alumnos que debíamos marcar el tiempo en el sitio con
los talones, como habíamos hecho desde el principio, mientras el
maestro, marcaba con percusión, o bien el compás de dos tiempos, o
bien el de tres tiempos, y nosotros teníamos que levantar la mano
indicando cuál de los dos era. Finalmente se introdujo el compás de
cuatro tiempos, y el profesor avisó al alumnado de que debía cerrar
los ojos para sentir bien lo que estaba sonando y nosotros nuevamente
levantábamos la mano para indicar cuál de los tres tipos de
compases que habíamos visto, se nos estaba marcando.
Antes
de finalizar la clase, se nos puso música, con la que podíamos
marcar los diferentes compases que habíamos aprendido, para así dar
punto y final a esta nueva clase de expresión musical.
Para
dar cierre a este apartado del diario, debemos decir que realmente,
acostumbrados a las clases de Sara nos sentíamos extraños en la
clase de Sebastián, pero suponemos que será cuestión de
acostumbrarse a las mismas. A pesar de ello, vemos que es otro modo
de aprender todo lo relacionado con la educación musical, y que
igualmente nos sirve para reflexionar sobre todo aquello que
trabajamos especialmente en las otras clases de música, pues es
donde vemos más tipos de canciones que podemos emplear en las aulas
con los pequeños. Pensamos los seis, que se trata de que nos
habituemos a otro modo de enseñar la música.
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