domingo, 14 de abril de 2013

Clase del Viernes 8 de Marzo


Sobre los contenidos de música que hemos tratado a lo largo de la clase del día 8 de marzo de 2013, puedo decir que lo primero con lo que se nos puso en contacto fue con los diferentes compases que pueden existir en música, preguntándonos el profesor a los alumnos, de qué nos acordábamos del año pasado de todo eso que nos estaba poniendo en la pizarra. Así pues se nos explicó el compás de tres tiempos, de dos tiempos y de cuatro tiempos.




Entre todos formamos un gran círculo, dejando un pequeño espacio entre nosotros para ir haciendo los diferentes pasos que representarían los compases de los distintos tiempos. Se nos dijo a los alumnos, que claramente no podíamos estar quietos, estábamos representando la música y por tanto no podíamos dar simplemente dos pasos estando rígidos, sino que estuviésemos relajados y nos moviésemos bien, con seguridad. La representación de los compases a través de nuestro cuerpo fue la siguiente:
  • El compás de dos tiempos, lo hacíamos dando dos pasos adelante y dos hacia tras (volviendo a la posición inicial), y el tiempo lo marcábamos en el sitio, con los talones.
  • El compás de tres tiempos, lo hicimos como el anterior marcando el tiempo en nuestro sitio con los talones, y cuando el profesor contaba hasta tres, dábamos tres pasos adelante, dando una palmada al frente, levantando los brazos y chasqueando los dedos, y bajándolos finalmente para darnos en las piernas haciendo también ruido. Eran las tres partes del compás.
También trabajamos el silencio entre estos compases, pues aunque al principio, no se introdujeron, se nos explicó que los compases también formaban parte de la partitura y eran también figuras que podían incluirse en ellos, para alcanzar los tiempos que el mismo compás marcaba. Así pues, por ejemplo, en el compás de dos tiempos, dimos los dos pasos hacia adelante, los dos hacia atrás, y marcábamos dos silencios en el sitio, volviendo después a salir.

Una vez acabados estos dos ejercicios, por separado, el profesor, decidió que los íbamos a hacer los dos juntos. Así pues, empezamos con el compás de dos tiempos, dando palmada y chasqueando los dedos, y seguidamente realizábamos el compás de tres tiempos tal y como lo he explicado anteriormente.
Cuando ya parecía que los alumnos habíamos comprendido estos dos compases de este modo, aunque reconocido algún que otro fallo en la clase, se nos dijo a los alumnos que debíamos marcar el tiempo en el sitio con los talones, como habíamos hecho desde el principio, mientras el maestro, marcaba con percusión, o bien el compás de dos tiempos, o bien el de tres tiempos, y nosotros teníamos que levantar la mano indicando cuál de los dos era. Finalmente se introdujo el compás de cuatro tiempos, y el profesor avisó al alumnado de que debía cerrar los ojos para sentir bien lo que estaba sonando y nosotros nuevamente levantábamos la mano para indicar cuál de los tres tipos de compases que habíamos visto, se nos estaba marcando.


Antes de finalizar la clase, se nos puso música, con la que podíamos marcar los diferentes compases que habíamos aprendido, para así dar punto y final a esta nueva clase de expresión musical.



Para dar cierre a este apartado del diario, debemos decir que realmente, acostumbrados a las clases de Sara nos sentíamos extraños en la clase de Sebastián, pero suponemos que será cuestión de acostumbrarse a las mismas. A pesar de ello, vemos que es otro modo de aprender todo lo relacionado con la educación musical, y que igualmente nos sirve para reflexionar sobre todo aquello que trabajamos especialmente en las otras clases de música, pues es donde vemos más tipos de canciones que podemos emplear en las aulas con los pequeños. Pensamos los seis, que se trata de que nos habituemos a otro modo de enseñar la música.

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